El amor no es más que un juego de poder. Un juego en el que no hay ganador ni perdedor, ambas partes ganan tanto como lo que pierden. El amor es un juego de jalar y soltar, un juego de libertad y privacidad, un juego de amar y odiar, un juego de compañía y soledad, un juego de reir y llorar, un juego de dolor y felicidad, un juego de brincar y cantar, un juego de mentira y verdad un juego de sollozar y gritar, un juego de egoísmo y caridad. El amor es un juego donde no existen reglas, El amor es el juego donde no hay condiciones, el único juego donde por más veces que se juegue, sigues siendo un novato como la primera vez. El amor es un juego que se hace a oscuras, no se sabe a donde te llevará cada giro mucho menos al lado de quien te pondrá. No tienes cartas que puedas escoger, ni fichas que puedas intercambiar. Solo tienes un corazón que puedes sacrificar, por amor puedes vencer como puedes perecer. El amor no es más que un juego de azar, un juego que nu
Un atípico joven-adulto que necesita de vez en cuando vomitar todos los sentimientos que trae adentro, utilizando las palabras y versos como forma controlada de explotar desde el 98 más o menos.