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Punto Crítico

La lengua española y la ciencia le ha dado tantos significados distintos a lo que es un punto crítico a través de todos los años de la humanidad. Sin importar el ámbito o contexto, un punto crítico sigue siendo un punto donde algo importante cambia o sucede. Para mi tiene el mismo sentido, aplicado a mi vida es ese punto de quiebre en el que todo me derrumba, todas las cosas por las que había luchado se vienen abajo y hacen que yo me venga abajo con ellas.

Hoy, como no pasaba hacía mucho tiempo ya, estoy en punto crítico. Mi vida se basa en pequeños momentos de felicidad absoluta contra los cuales el mundo se encargaba de destruir y hacer pedazos que solo llenaban de dolor los vacíos que quedaban en el camino. No importaba si hacía las cosas bien o mal, no importaba si seguía o no las reglas, la forma en que jugara, si daba el todo por el todo o no, simplemente mi felicidad terminaba desapareciendo dejando en su lugar una nube gris llena de falsas sonrisas y máscaras de hipocresía. Parecía canción que se repetía infinitamente en mi historia y que no hallaba la forma de romper ese círculo de sufrimiento.

-¿Qué acaso está es mi sentencia? - pregunté al aire en mi cabeza. No había sonido que saliera de mi esta noche de soledad e igual no había quien los escuchará. Y no creo que haya a quien le importen. José Cuervo en mano y predestinaba a una larga noche de llantos y soledad. Y es que si mi destino era estar solo el resto de los tiempos disfrutando pequeños momentos de felicidad que después cobraban con lágrimas no sabía cuanto más lo aguantaría. Si era cierto ese dicho de "Dios aprieta pero no ahorca" estaba seguro que yo ya estaba al borde de la asfixia segundo a segundo. - Si, claro, vengo, regreso a ti, confío mi vida y mi futuro en tus manos y ¿así es como me "ayudas"?, destruyendo todo a los 3 días de haber puesto de nuevo mi fe en ti. - Un trago más que no hace daño al cuerpo y litiga el dolor junto con las voces que gritan en mi cabeza y corazón.

¿Qué acaso pienso demasiado en mí y no en los demás y eso es lo que causa todo esto? o por el contrario ¿tal vez pienso demasiado en los demás dejándome de último a mí y ese era mi mayor ancla en la vida?. Sin fin de ocasiones había hecho una o la otra, más ahora no sabía cual había sido la que me había llevado a este punto de llanto, alcohol y soledad. Todo en mi casa se había derrumbado, ya no quedaba ni una décima parte de la buena relación que tenía con mi madre. ¿Había sido mi culpa o suya? ¿Qué acaso si era cierto eso de que había cambiado tanto en los últimos días? ¿Lo suficiente para que ella se alejara y yo le dejará de importar? ¿Había estado mal querer cumplir mis deseos a pesar de que fuera en contra de su instinto de quererme proteger? ¿Dudaba de mi madurez para saber que hacer y que no? Eso era obvio, lo hacía y no lo dudaba y eso me molestaba en parte. Eso hacía que saliera más mi parte rebelde queriendo demostrar que ya era un adulto que se podía hacer cargo de sus decisiones. Pero a la vez yo sabía que no era cierto. Sabía que era un niño tímido a la soledad, con pavor a ser lastimado pero que igual se arriesgaba y daba todo lo que tenía cuando se enamoraba. Un niño que se había visto forzado a madurar por las circunstancias, un niño que había asumido el papel de cabeza de la familia cuando ni siquiera podía decidir entre rojo o amarillo en su vida sentimental. Un niño que debía luchar en la sociedad cuando aún no estaba preparado para esa jungla salvaje.

No importaba el juego que jugará, no sabía en que situación me encontraba. Nunca me mostré en este estado frente a nadie por el mismo miedo a ser manipulado posteriormente. En mi vida había necesitado tanto un abrazo y había dolido tanto el rechazo. ¿Qué acaso solo era un juego en el que sabía que yo había perdido hacía ya tiempo y se aprovechaba de ello? No lo se, y la verdad esta noche no lo quería saber. Dolía, eso sí. Dolía su frialdad al caso, su poco tacto y en pocas palabras, dolía su hecho de mandarme a la mierda diciéndome que me buscará un novi@ para que me abrazara ya que el no lo haría. ¿Pero si lo había hecho antes en casos no tan extremos por qué justo me fallaba hoy que más lo necesitaba? ¿Qué tan difícil era ver que me moría por estar en sus brazos sintiendome seguro y a salvo?... Tal vez al final de cuentas yo no era el héroe de las historias, tal vez yo no era quien necesitaba salvar sino quien necesitaba ser salvado.

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